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“Nunca me robaron tanto”: la peripecia de los vecinos y la nueva realidad de Cordón

El barrio enfrenta una ola de hurtos y daños que preocupa a sus habitantes, quienes reclaman acciones concretas de las autoridades.

“Nunca me robaron tanto”: la peripecia de los vecinos y la nueva realidad de Cordón

El barrio enfrenta una ola de hurtos y daños que preocupa a sus habitantes, quienes reclaman acciones concretas de las autoridades.

Por Sofía Durand Fernández
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Juan Andrés vive en Chaná y Acevedo Díaz (barrio Cordón), desde hace 16 años. Una noche de 2024, alrededor de las 00:00, salió de su casa y se encontró con un tronco debajo de su auto y dos de las ruedas sin tuercas: habían intentado robarlas. “Pasan, aflojan las tuercas y después vuelven en un vehículo para cargar las ruedas y llevárselas”, explica. Luego de este incidente, decidió pagar un estacionamiento durante algunos días.  

Valeria vive en la misma cuadra que él desde 2015. En 2020, sacó la libreta de conducir y se compró un auto. La primera noche lo dejó estacionado en la puerta de su casa e intentaron robárselo. Le seguiría la rotura del vidrio de una ventanilla un año más tarde y finalmente, en 2024, el robo total del vehículo. 

No son casos aislados. De hecho, a raíz de estos incidentes, el 15 de noviembre de 2024 un grupo de alrededor de 40 vecinos envió una carta a la Secretaría del Ministerio del Interior para exigir la instalación de cámaras de vigilancia:

Somos vecinos del barrio Cordón, ubicados en la calle Chaná y sus intersecciones de Cassinoni y Acevedo Díaz. En los últimos tiempos hemos estado sufriendo varios y reiterados episodios desagradables de delincuencia y violencia en contra de nosotros y de nuestras pertenencias. Hemos sido autores de múltiples denuncias por delitos variados como robos, rapiñas, violaciones de domicilios, ventas de droga y demás. Es por esto por lo que solicitamos nuevamente la instalación de cámaras de vigilancia para que dichas intersecciones antes mencionadas puedan estar vigiladas y monitoreadas.

Este lunes, Cordón volvió a ser noticia luego de que se difundieran imágenes de un intento de rapiña en Paullier y Chaná en la noche del 10 de octubre. De acuerdo con fuentes del Banco de Seguros del Estado (BSE), Cordón representa un 4,4 % del total de hurtos parciales, ubicándose en el sexto lugar dentro de las distintas localidades.  

Los vecinos reconocen que es un problema que afecta a más de un barrio y que no hay una única solución. Pero varios de ellos han vivido toda su vida en Cordón y, a raíz de identificar el aumento en la inseguridad en los últimos años, exigen respuestas de las autoridades que provean mayores garantías. 

— Viví en Villa Española, en la Unión, en Malvín Norte, y lo que te puedo decir es que nunca me robaron tanto como acá —, dice Daniela*, quien vive en la calle Chaná desde hace tres años. 

En el correr de 2024 entraron a su casa una vez, le cortaron la manguera del auto en otra ocasión y también le robaron las dos ruedas. Con respecto al primer incidente, afirma que “tuvo suerte”, ya que no solo no llegaron a agarrar nada de valor, sino que dejaron la mochila que intentaron llevarse tirada en la azotea. A las nuevas ruedas le colocó tuercas antirrobo y decidió dejar el auto en un estacionamiento nocturno. Sin embargo, durante un service le mostraron que las nuevas tuercas estaban marcadas: habían intentado robarlas de nuevo.  

Fuentes de la Policía de Montevideo afirmaron que la mayoría de las denuncias hechas en las últimas semanas fueron a causa de roturas de vidrios de autos y vandalismos en viviendas, por ejemplo, grafitis o intentos de romper ventanas. Con respecto al robo de ruedas, las autoridades establecieron que se trató de casos cometidos por una organización dedicada a este tipo de ilícitos, cuyos integrantes fueron capturados. 

Agregaron que, según diagnósticos hechos en los últimos meses sobre la base de cifras de denuncias por hurtos, uno de los mayores problemas que tiene la zona de Cordón es la cantidad de personas en situación de calle. 

Más allá de los robos  

Es un viernes al mediodía. En la mitad de la primera cuadra de Chaná, la que cruza con Bulevar Artigas, hay un carro de supermercado repleto de objetos al lado de un colchón y algunos acolchados en el piso. Parece estar desatendido. Unos segundos después, su dueño aparece: se incorpora al costado de un contenedor, subiéndose los pantalones luego de hacer sus necesidades. 

— De las peores cosas del barrio es empezar a caminar y sentir el olor a orina y materia fecal que hay. Los contenedores tienen olor a heces. A uno lo vi con mis propios ojos jugando a intentar embocar una bolsa con sus necesidades en el contenedor.  

El vínculo de Juana* con el barrio Cordón trasciende los 12 años que viene viviendo en el barrio. En su juventud, estuvo muy vinculada a las actividades de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario y Santo Domingo, ubicada en Cassinoni, entre Chaná y José Enrique Rodó. Sostiene que nunca tuvo problema en caminar por la calle en cualquier horario, pero que ahora le cuesta hacerlo por miedo.  

Los contenedores rodeados de desechos extraídos de su interior son parte del paisaje cotidiano, no solo en Cordón, sino también en varios barrios de la ciudad. La Intendencia de Montevideo sugiere tirar la basura después de las 19:00 con el fin de reducir la acumulación y los malos olores. 

“Hemos tenido personas en situación de calle que ves que están en situación de consumo y que se pegan al contenedor. Hay semanas en las que tenés gente instalada esperando a que vayas a tirar la basura para pedirte cosas”, dice Juana.  

En la esquina de Chaná y Acevedo Díaz hay un edificio en el que, semana a semana, cambia el mobiliario que puede haber en su exterior: sillones, colchones, maderas. Hay una ventana que da al apartamento de Ana Laura. 

— Ese es mi cuarto. Los tengo a nivel del piso y escucho todo: cuando hacen sus necesidades, cuando tienen relaciones sexuales y peleas. Todo lo que te puedas imaginar se escucha, es como si los tuviera durmiendo al lado.   

Dice que es una situación que empeoró el año pasado, aunque ocurre hace años. Afirma que ha ido a trabajar sin dormir. “Salgo y me recaliento, los puteo. Está todo bien, dormí, dejá limpias las cosas y andate. Hasta que las cosas no dan para más”, explica. 

— ¿Cuándo dejan algo sucio tenés que limpiar vos? 
— Sí. Me encuentro con cualquier cosa, hasta excremento en las paredes. Todo lo que te puedas imaginar. 

Al ser consultadas por los llamados a las autoridades pertinentes, Juana primero se ríe y luego recuerda que, en una ocasión, les pidió a dos policías que sacaran a dos personas. Ellos le respondieron que habían intentado sacarlos, pero ellos se negaron a salir, y que, si no quieren salir, no pueden hacer nada. 

Ana Laura, por otro lado, dice que para que haya una respuesta debe hacerse la denuncia correspondiente en la seccional. “He llamado a todos: llamás a la Intendencia y te dicen que es el Mides, llamas al Mides y te dicen que es la Policía, llamas a la Policía y te dicen que es el mides. Se tiran la pelota”, agrega.  

Ambas recuerdan un caso en particular: una pareja con una carpa. Según ellas, fumaban pasta base y tenían relaciones sexuales en ese mismo lugar. Lograron, tras denunciar la situación en numerosas ocasiones, retirarlos de esa zona. 

Los vecinos consultados para este reportaje acuerdan en que la videovigilancia por parte del Ministerio del Interior sería una medida beneficiosa. “Lo que comentó el Ministerio es que es algo muy disuasivo, ya que si los agarran hay pruebas contra ellos y los pueden procesar”, explica Juan Andrés.  

Por otro lado, Daniela cuestiona que cambie la situación por completo solo con su instalación, ya que el problema requiere “políticas sociales y no opresión y control”, pero considera que ayudaría: “Estamos sufriendo las consecuencias de un sistema que no funciona”.  

Muchos han optado por instalar cámaras particulares y, en caso de registrar un hecho delictivo, compartirlo en los grupos de WhatsApp de vecinos. Claudio, que vive en Cassinoni y que fue víctima de robo en dos ocasiones, argumenta que la aplicación de focos de luz y cámaras en su cuadra hicieron que la situación de inseguridad mejorara, pero que se trata de un “tema de inversión personal de cada vecino” y lo que se reclama es “una intervención más firme por parte de Jefatura, el Ministerio del Interior y Mides”.   

Los nombres marcados con un asterisco fueron modificados para preservar la identidad de las personas entrevistadas, de acuerdo con el Código de Ética Periodística. 

Fuente: Montevideo Portal

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